CAMINA Y REVIENTA SEIS: MARKINA XEMEIN

24 de agosto, viernes

Hoy se presenta un día atractivo, sugerente, estimulante, ….., y es que vamos a tener la oportunidad de visitar lugares emblemáticos de Euskadi sobre los que todos, en algún momento, hemos tenido referencias. Primero pasaremos por Bolibar, lugar de donde procedía la familia del libertador venezolano Simón Bolívar. Luego por el monasterio de Zenarruza, única abadía medieval de Vizcaya, y finalizaremos en la simbólica Gernika.

Tras desayunar en el piso donde hemos pernoctado, salimos de Markina bordeando un parque para recorrer luego un tramo de carretera y otro de bidegorri (carril bici), hasta adentrarnos por una senda que nos lleva a Iruzubieta y después a Bolibar.

La familia del libertador de Venezuela, Perú, Ecuador, Panamá, Colombia y Bolívia, tiene sus orígenes en este caserío de donde emigró su quinto abuelo llamado Simón de Bolibar “el Viejo” allá por el s.XVI. En diferentes épocas, el gobierno de Venezuela ha costeado la construcción de un monumento y de un busto en su honor, habiendo subvencionado también las escuelas y el frontón del pueblo. Una antigua casa que pudo haber pertenecido a la familia, fue rehabilitada y convertida en museo dedicado a Simón Bolívar y a la etnografía e historia de Vizcaya.

A poco más de un kilómetro encontramos la antigua colegiata de Zenarruza, hoy monasterio, que data del s.X, visitando su claustro y otras dependencias. Cuenta la leyenda que un águila cogió entre sus garras una calavera de una sepultura y voló con ella dejándola caer en un lugar de espesa vegetación, lo que se interpretó como señal inequívoca de que debía construirse allí una iglesia. Esta colegiata fue un importante e influyente enclave, no sólo religioso, de la ruta jacobea cuando el Camino del Norte predominó sobre el Francés debido a la invasión árabe.

Seguimos caminando en subida un buen tramo más e iniciamos una bajada pronunciada de unos 3 km hasta Munitibar, donde ya el motor necesita combustible después de 12 km en marcha.

Tras el reparador y divertido almuerzo, nos dejamos ir por pistas y senderos que nos sumergen en bosques de robles centenarios y frondosa maleza, por donde avanzamos unos 8 km hasta Alexalde desembocando en la carretera. Allí nos embobamos con una carrera ciclista, abandonamos el Camino y continuamos por el asfalto que nos lleva a Gernika, cruzamos la ciudad y nos situamos en los jardines de la Casa de Juntas.

Gernika se fundó en 1366 en una encrucijada de caminos, convirtiéndose en un lugar estratégico para el comercio y la comunicación. Los incendios, las inundaciones, los privilegios burgueses, los enfrentamientos con la vecina Lumo hasta su unión en 1882, la industrialización de principios del s.XX y su casi total destrucción por el bombardeo del 26 de abril de 1937, hecho inmortalizado por Picasso en su obra Guernica, marcan su evolución hasta la moderna ciudad actual. La Casa de Juntas y el Árbol de Gernika simbolizan la democracia y la libertad que ya antaño se practicaban celebrando, a la sombra de un árbol, las asambleas a las que acudían los representantes de los municipios vizcaínos.

Visitamos el complejo formado por la Sala de Juntas, la Sala de la Vidriera y el Árbol de Gernika, así como los jardines aledaños donde se encuentra el tronco seco del “Árbol Viejo” que cuenta con unos 300 años, tratándose de los restos más antiguos conocidos de un Árbol de Gernika.

Hoy vamos a dormir en Casa Elizetxe, una antigua y restaurada casa rural de piedra ubicada en un alto de Errigoiti, a escasos kilómetros de Gernika y en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Hemos vivido una etapa intensa y nos vendrá bien una buena cena y un reparador descanso.