26 de agosto, domingo
Hoy tenemos una etapa corta, muy corta. Además nuestras huestes quedan diezmadas por el abandono de tres componentes de la tropa: los hermanos Julián y Paco López se tienen que marchar por la premura de unos asuntos particulares y Magos, que ya debe estar de nuestros ronquidos hasta el gorro, aprovecha la ocasión para acompañarlos hasta Madrid.
Salimos de Lezama, caminamos un rato por asfalto y pronto giramos a la izquierda por un sendero sorprendentemente cubierto de vegetación en una zona industrial y junto a la autovía. Atravesamos ésta e iniciamos una subida plácida y relajada al monte Avril desde donde se tienen unas vistas estupendas de Bilbao facilitadas por el soleado y luminoso día del que hoy disfrutamos.
Descendemos lenta y tranquilamente, siempre teniendo ante nosotros las diferentes perspectivas de la ciudad que nos presenta el sinuoso sendero de bajada, deteniéndonos de vez en cuando a escuchar las amables indicaciones que algunos de los muchos paseantes nos quieren dar sobre su población, pudiendo situar perfectamente desde esta atalaya la ubicación de cada zona o edificio que nos señalan.
Estamos en los arrabales de la ciudad, hemos caminado 15 km y desde un bar próximo nos llega un olorcillo a tortilla recién hecha que nos paraliza, ¡Hay que probarla!. Nos informan que Bilbao se halla en plena Semana Grande, por lo que iremos encontrando ambientillo de fiesta a partir de aquí.
Llegamos a la basílica de Nuestra Señora de Begoña, de estilo gótico y origen anterior al año 1500, que ha sufrido varios derrumbes y reconstrucciones debido, principalmente, a los combates con Napoleón y a las Guerras Carlistas en las que fue utilizada como fortín. Pasamos junto al ayuntamiento, caminamos por el Arenal y nos adentramos en el Casco Viejo por la calle Bidebarrieta desembocando en la Plaza de Santiago en la misma puerta de la catedral, rodeados siempre por los típicos gigantes y cabezudos que no paran de girar y danzar.
En la calle Perro núm. 4 encontramos el bar "Rio-oja" donde degustamos un bacalao al pil-pil que quita la respiración y luego, ya entonadillos, tomamos la vereda del río hasta el museo Guggenheim. Tras recrear la vista con esta maravilla de la arquitectura moderna, nos dirigimos hacia el viejo San Mamés en el que durante tanto tiempo el glorioso Athletic ha hecho las delicias de sus incondicionales; y de allí nos vamos a las Escuelas de Altamira en el monte Kobetas donde ha sido trasladado el albergue de Bilbao en el que vamos a pasar la noche.
Fundada en el siglo XIV, Bilbao (Bilbo) fue un importante enclave comercial que desarrolló una gran actividad portuaria y que experimentó una fuerte industrialización entre los siglos XIX y XX. La ciudad que hoy hemos recorrido ha sufrido una transformación estética y urbanística tan profunda que en 2010 le fue concedido el premio Lee Kuan Yew World City Prize, considerado el Nobel del urbanismo, en reconocimiento a ese gran cambio que viene produciéndose desde la década de los 90.
Las Escuelas de Altamira están situadas en la ladera del monte y las vistas que ahora tenemos sobre la ciudad son las opuestas a las que veíamos esta mañana desde el monte Avril que nos queda enfrente. En la parte alta de la montaña se encuentra el asador "Cervecera Cobetas", un lugar ideal donde acudir con la familia a disfrutar de un día de ocio y buen yantar y en el que vamos a relajarnos lo que queda de jornada.
Monte Avril, Bilbao al fondo
Basílica Nuestra Señora de Begoña
Ayuntamiento
En este lugar.....
..... cometimos pecado
Una maravilla
Puppy
En la antigua "catedral" de San Mamés
Albergue
Así se ve Bilbao desde aquí
Disfrutando como niños
Monte Avril, Bilbao al fondo
Basílica Nuestra Señora de Begoña
Ayuntamiento
En este lugar.....
..... cometimos pecado
Una maravilla
Puppy
En la antigua "catedral" de San Mamés
Albergue
Así se ve Bilbao desde aquí
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