CAMINA Y REVIENTA SEIS: IRUN

20 de agosto, lunes

Desde Irún, la denominada “ciudad del transporte” por su estratégica situación para salvar los Pirineos a pie de mar, partimos aún amaneciendo en dirección a las Marismas de Txingudi situadas en la desembocadura del río Bidasoa y que utilizan muchas especies de aves para descansar durante sus movimientos migratorios. Atravesamos el humedal rumbo al monte Jaizkibel por una red de senderos que unen los diversos puestos de observación de aves hasta encontrarnos con la ermita de Santiagotxo, un mito del Camino del Norte, que data de la Edad Media aunque ha sido restaurada en los años treinta y sesenta del pasado siglo. Un poco más adelante se inicia un fuerte ascenso para superar un desnivel de 150 m. en un kilómetro escaso, por lo que la rampa se las trae, y enseguida llegamos al Santuario de Guadalupe (originario del s. XVI) desde donde se tienen unas vistas privilegiadas sobre la bahía de Txingudi, apareciendo Hondarribia en nuestra orilla y Hendaya en la francesa. Hay una fuente y unos bancos en el mirador que aprovechamos para reponer fuerzas y aquí conocemos a Ana, una joven y simpática catalana que viaja con su perro Rohan que es el centro de atención de todos.

Tras el descanso, ascendemos un poco más y durante unos 10 km. nos dedicamos a “cumbrear” por el monte Jaizkibel por una amplia y cómoda pista forestal rodeada de castaños y nogales que tiene un marcado trazado rompepiernas. Ya nos encontramos a tiro de piedra de Pasaia Donibane (Pasajes de San Juan) y son un precioso regalo las vistas que desde aquí tenemos sobre la ensenada de Pasaia, pero viene una bajada endiablada de un par de kilómetros en los que hay que salvar un desnivel de 200 m. y que nos machaca los cuádriceps.

Hecho y sin damnificados. Cruzamos el río Oyarzun en una pequeña motora e instalamos el chiringuito en un banco del paseo junto al embarcadero en Pasaia San Pedro, es la hora de almorzar porque ya llevamos una panzada de kilómetros sube-y-baja y aún nos quedan unas pocas cuestas más.

El puerto de Pasajes tiene una gran trascendencia para la economía guipuzcoana. El tráfico de entrada lo ocupa principalmente la importación de chatarra para la industria siderúrgica y de carbón para la central térmica de Iberdrola. Las fábricas de Mercedes (Vitoria) y Volkswagen (Pamplona) así como las factorías metalúrgicas, también utilizan el puerto para dar salida a sus productos.

Tras el ágape, tomamos unos cafés en un bar cercano y emprendemos la marcha bordeando la ría hacia la bocana del puerto para iniciar el ascenso al monte Ulía. La subida al faro por una escalera de tropecientos peldaños es maratoniana, ¡no se acaba nunca!, luego el sendero es apacible, sosegado, refrescante pese al calor gracias a la altura y a la proximidad del mar. En lo alto del Ulía pasamos junto a una comunidad de corte ecológico donde amablemente nos invitan a tomar mate con zumo, departiendo con algunos de sus miembros mientras descansamos. Un poco más adelante empieza el descenso hacia San Sebastián llegando a un mirador con vistas espectaculares sobre la ciudad.

Ya hace tiempo que hemos comido y después de tanto monte hay gana, así que en el primer bar que encontramos atacamos el mostrador repleto de esos magníficos pintxos que por aquí abundan y nos ponemos a tono. Y ahora vamos a disfrutar atravesando esta preciosa ciudad de Este a Oeste: Playa de Zurriola, El Kursaal, puente sobre el río Urumea, Teatro de Victoria Eugenia, Mercado de la Bretxa, Gran Hotel María Cristina, Ayuntamiento, Playa de la Concha, enfrente los montes Urgull e Igueldo, Palacio de Miramar, Playa de Ondarreta, ……., y llegamos al albergue juvenil La Sirena que va a ser nuestra casa por esta noche.

San Sebastián, que fue fundada hacia 1180 por el rey navarro Sancho el Sabio para ser puerto marítimo de Navarra, tras vasallajes diversos, guerras, invasiones, incendios, reconstrucciones, etc., inicia su apogeo como ciudad turística debido a que la Reina Regente María Cristina la elige como destino de sus veraneos con el consiguiente desplazamiento de la burguesía, alcanzando durante la Primera Guerra Mundial su época dorada al darse cita aquí los personajes más relevantes de la vida europea. Tras varios ensanches y gracias a la iniciativa de sus gentes que impulsan eventos tan conocidos como el Festival Internacional de Cine, el de Jazz, Quincena Musical y muchísimos otros sin olvidar los gastronómicos, esta bella ciudad se consolida como centro turístico internacional propiciando que haya sido nominada Capital Europea de la Cultura para 2016.

Una buena ducha, un corto descanso y al Barrio Viejo donde hemos quedado con nuestra anfitriona Natalia (Nerea no puede acudir por problemas familiares). Allí degustamos unas cuantas especialidades que nos recomienda Natalia, conocemos a su novio Gorka, profesional de la restauración y persona encantadora, y acabamos la velada con una grata conversación, muchas risas y unos gin-tonics en una terraza de la singular Plaza de la Constitución. Mañana veremos quién sube el Igueldo.